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Petro-Canada™ Lubricants' distribution network extends to over 80 countries worldwide
La revolución de los vehículos eléctricos (VE) está en marcha, por lo que Petro-Canada Lubricants ha lanzado EVR, una nueva línea de lubricantes y fluidos especialmente diseñados para VE.
EVR se desarrolló especialmente para impulsar las ideas, los diseños y la demanda de la tecnología del mañana. No solo somos conscientes de las oportunidades que brindan los vehículos eléctricos, sino que también contribuimos a hacerlas realidad.
¿Cómo puede estar seguro de elegir el líquido o la grasa adecuados para prolongar la vida útil de su VE? ¿Qué nivel de protección pueden ofrecer los lubricantes VE? ¿Existe el producto adecuado para obtener el máximo rendimiento con una larga vida útil?
Esta sesión de preguntas y respuestas con Darryl Purificati, asesor técnico principal de OEM/Automóvil en Petro-Canada Lubricants, una marca de HF Sinclair, responderá a estas preguntas y explicará lo que los fabricantes de equipos y los propietarios de VE deben saber sobre los lubricantes y fluidos necesarios para el funcionamiento y mantenimiento de los VE.
Hay varias formas de mejorar la eficiencia de la unidad motriz y, por tanto, son factores clave que deben tenerse en cuenta a la hora de seleccionar los lubricantes. En primer lugar, evitar la resistencia viscosa y la fricción es un factor crucial aplicable tanto a los motores eléctricos como a los tradicionales.
Un reto exclusivo de los VE es que el calor debe eliminarse del motor lo antes posible para mejorar su rendimiento y la eficiencia general del sistema. Esto significa que los fluidos VE deben tener unas características excepcionales de transferencia de calor. La viscosidad del fluido es un factor importante para mejorar la administración térmica del fluido, lo que significa que los fluidos para vehículos eléctricos suelen tener una viscosidad inferior a la de los fluidos para transmisiones automáticas convencionales.
Los motores eléctricos funcionan a altas revoluciones por minuto (RPM), lo que significa que los fluidos de la transmisión tienen que trabajar duro para proteger los engranajes de los daños por desgaste. Es un reto combinar una protección suficiente con el alto desempeño que se espera en la próxima generación de vehículos. El éxito significa que los fluidos transferirán la potencia, de forma fiable, a las ruedas con una mínimo arrastre y agitación en el conjunto de engranajes, al tiempo que proporcionan la protección necesaria para mantener el activo en funcionamiento durante más tiempo.
Los fluidos para la transmisión de los vehículos eléctricos suelen ser de baja viscosidad, lo que mejora el flujo en el motor eléctrico y sus componentes. Un fluido adecuado puede ayudar a reducir la fricción en los engranajes y cojinetes, al tiempo que permite mejorar la transferencia de calor y la eficiencia térmica. Combinados, el motor podrá funcionar a su máxima eficiencia, manteniendo los bobinados de cobre y los componentes del motor dentro de la eficiencia óptima del motor eléctrico.
Sí. La compatibilidad de los materiales es esencial en los vehículos eléctricos, debido a los bobinados de horquilla de cobre y los componentes electrónicos.
Como era de esperar, las propiedades eléctricas del fluido VE son un factor clave. Mientras que un fluido para la transmisión de un motor de combustión interna (ICE) se centra principalmente en la durabilidad y el rendimiento, en el caso de los fluidos para vehículos eléctricos, es fundamental incluir un equilibrio de conductividad, evitando al mismo tiempo problemas de arcos eléctricos o descargas eléctricas repentinas.
El hardware de un VE es fundamentalmente diferente al de un motor de combustión interna y, en muchos casos, el motor se encuentra en el mismo compartimento que la caja de cambios.
Al haber una corriente eléctrica que atraviesa más componentes, los fabricantes de equipos originales (OEM) deben trabajar en colaboración con los desarrolladores de fluidos para VE para diseñar fluidos con una conductividad óptima. El objetivo es mantenerla baja, pero evitar descargas eléctricas y daños a la unidad de propulsión eléctrica.
Un fluido de VE de calidad protegerá la unidad de transmisión eléctrica proporcionando una protección antidesgaste adecuada, propiedades eléctricas, compatibilidad con el cobre y nuevos materiales, al tiempo que mejora la eficiencia de la unidad.
En realidad, no. Los fluidos de administración térmica son cruciales para los vehículos eléctricos y requieren un cuidadoso equilibrio entre la calidad del aislamiento térmico y la no conductividad eléctrica para evitar la acumulación de cargas electrostáticas.
Existen dos tipos de tecnologías de fluidos para la refrigeración de vehículos eléctricos: directa e indirecta. Hasta la fecha, la mayoría de los grandes fabricantes han utilizado la refrigeración indirecta, lo que significa que varias superficies y placas se enfrían mediante un fluido refrigerante, que a su vez enfría las celdas de la batería. Este método plantea algunos problemas de seguridad, sobre todo porque si se produce un incendio en una celda, puede propagarse a otras y provocar una explosión.
Comparativamente, la refrigeración directa, o refrigeración por inmersión, aunque todavía no se utiliza directamente en muchos VE, implica fluidos dieléctricos que ayudan a disipar el calor de la batería y pueden reducir la posibilidad del descontrol térmico o explosión. Al igual que los aceites para transformadores, ambos tienen que ser no conductores, pero surgen diferencias en cuanto a compatibilidad de materiales, seguridad y rendimiento.
Actualmente, el tipo de fluido más utilizado es una mezcla de agua y glicol. Por desgracia, son relativamente conductores y no pueden utilizarse en contacto directo con una batería. Es de esperar que en un futuro muy próximo la industria pase a utilizar fluidos refrigerantes de inmersión a base de aceite mineral.
Las altas velocidades de operación y los requisitos de compatibilidad de materiales de los motores eléctricos en los vehículos eléctricos requieren grasas especializadas. Las grasas diseñadas para aplicaciones VE prolongan la vida útil de los rodamientos de alta velocidad gracias a una mayor estabilidad oxidativa y térmica. También utilizan fluidos base, espesantes y sistemas de aditivos cuidadosamente seleccionados para proporcionar tanto una baja fricción que amplíe la autonomía como un funcionamiento silencioso. Además, los sistemas de aditivos deben evitar el uso de aditivos corrosivos para presión extrema (EP) que pueden dañar los bobinados de cobre del motor. Una última consideración es la conductividad eléctrica. Las grasas para VE necesitan una conductividad optimizada para proteger los cojinetes de los daños provocados por las descargas eléctricas.
Las condiciones particulares de los vehículos eléctricos también influyen en la elección de grasas para otras áreas. Los vehículos eléctricos suelen ser mucho más pesados que los de combustión interna debido a sus baterías. Este peso añadido supone un esfuerzo adicional para los componentes de la transmisión, como las juntas homocinéticas. Los vehículos eléctricos ofrecen la oportunidad de utilizar grasas para juntas homocinéticas más especializadas, con mayor protección EP que en un vehículo tradicional.
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[1] Apto para su uso = Se determinó la aptitud con base en los criterios de ingeniería, respaldados por datos de pruebas en laboratorio o de campo.