La industria del biogás ofrece soluciones energéticas innovadoras y al mismo tiempo presenta desafíos únicos para los operarios de motores de biogás y el aceite para motor con el que cuentan para proteger sus equipos.

Con el crecimiento de esta industria, los fabricantes de motores adaptaron sus motores estacionarios a gas para aplicaciones con biogás y gas de vertedero. No es sorprendente que hay ciertos aspectos que se deben tener en cuenta en el momento de seleccionar un lubricante para proteger estos motores especializados.

Además de tener la aprobación necesaria del fabricante de equipo original, dos pasos importantes que ayudarán a asegurarse de que los aceites para motores estacionarios a gas adecuados para un rendimiento óptimo en los motores a biogás están planificados para la composición tan variable del gas que su motor verá durante el servicio y el análisis constante de aceite usado."

El metano es el principal componente del biogás, seguido por el dióxido de carbono y otros gases nocivos. Es necesario realizar un análisis del combustible para determinar la composición exacta del gas, esto es especialmente importante para el biogás de vertedero, que puede estar hecho de una gran variedad de componentes. Cuando se selecciona un lubricante para motores de biogás, la composición del gas es lo principal a tener en cuenta. Los lubricantes deben ser capaces de proteger el motor de la presencia de contaminantes en el combustible.

También es importante tener en cuenta que en los motores de biogás las temperaturas de funcionamiento y combustión son más bajas que en los motores con gasoductos, por lo que no se puede confiar en el calor de la misma manera para eliminar el agua que en las aplicaciones con gasoductos. La presencia de agua en el aceite aumentará la formación de ácido. Los ácidos pueden atacar las partes metálicas del motor y generar picaduras, es por eso que un lubricante que pueda neutralizar el ácido es fundamental en el entorno de biogás.

Una estrategia para combatir los efectos graves que acompañan al biogás es mediante el tratamiento previo del gas combustible. Esto puede ayudar a eliminar la humedad, los halógenos y las partículas de siloxano. A medida que los siloxanos se acumulan en el aceite, se aglomeran en partículas más grandes y se vuelven abrasivos, funcionan como una "lija líquida". Esto tiene como consecuencia un desgaste prematuro del motor. Los fabricantes de equipos originales proporcionan límites de contenido de silicio a los efectos de garantía, se debe cambiar el aceite una vez que se alcance el límite.

Como consecuencia, si el gas combustible no se trata previamente, la cantidad de contaminantes en el aceite aumentará mucho más rápido, así, los cambios de aceite y los intervalos de mantenimiento deberán ser más reducidos. Esto hace que el análisis eficaz del aceite usado sea incluso más crucial en este tipo de aplicación.

Incluso el mejor lubricante de su clase no tendrá un buen rendimiento si no se seleccionó para satisfacer la composición única del gas de los combustibles de vertedero y biocombustibles. Los motores de biogás necesitan un lubricante elaborado con el nivel de ceniza adecuado (según lo especificado por el fabricante de equipo original) para lograr la durabilidad del motor, y al mismo tiempo, un sistema de detergentes sólido para neutralizar los ácidos y extender los intervalos entre cambios de aceite. El uso de un lubricante no adecuado, con demasiada o poca ceniza, puede causar un efecto residual en cuanto a la durabilidad, rendimiento y vida útil del aceite.

Demasiada cantidad de ceniza puede llevar a tener problemas de durabilidad. Por ejemplo, una cantidad excesiva de ceniza puede hacer que los aros del pistón se peguen y generen una acumulación de ceniza en las válvulas. Como consecuencia, es probable que las válvulas no cierren, lo cual lleva a tener más problemas, tales como las válvulas quemadas. Otra de las consecuencias que trae tener demasiada cantidad de ceniza es que puede llegar hasta el escape y contaminar el catalizador y dejarlo inactivo.

Los detergentes son los aditivos principales que se usan para neutralizar los ácidos durante el funcionamiento del motor. Un mayor nivel de detergencia por lo general tiene como resultado un nivel más elevado de ceniza que se forma en la cámara de combustión. Sin embargo, los detergentes más nuevos y los sistemas de aditivos pueden tener un mayor potencial de neutralización sin generar un aumento en la producción de ceniza. Demasiada ceniza o detergencia puede causar corrosión o daño mecánico. Un lubricante eficaz debe neutralizar los halógenos y el ácido sulfhídrico, al igual que otros contaminantes, de lo contrario, se formarán ácidos. Como se analizó, esto causa picaduras que reducen la durabilidad del motor y los intervalos entre cambios de aceite. Todo esto lleva a causar interrupciones frecuentes en el motor y un rendimiento reducido.